RESTAURACIÓN DEL CABELLO PRP

Restauración del cabello PRP

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Las estadísticas sugieren que la caída del cabello afecta a millones de hombres y mujeres en nuestro país. Si usted es uno de ellos, es probable que esté buscando una solución que satisfaga sus necesidades. Estamos orgullosos de ofrecer un tratamiento emergente que rápidamente ha desarrollado un historial comprobado de éxito: la terapia PRP.

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¿Qué es el PRP?

El PRP es plasma rico en plaquetas, un producto que está presente en la sangre. El plasma rico en plaquetas es un líquido rico en nutrientes que estimula la regeneración celular en microambientes como los folículos pilosos, las articulaciones y también la piel. Las plaquetas son células robustas que contienen numerosos factores de crecimiento, cada uno de los cuales participa en determinados procesos celulares.

El plasma rico en plaquetas tiene una larga historia de uso medicinal relacionado con la curación y regeneración de tejidos. No sorprende que esta terapia se haya introducido en el campo de la restauración capilar.

¿Cómo funciona el PRP para la restauración del cabello?

El objetivo principal del tratamiento con PRP para la caída del cabello es estimular la actividad de los folículos pilosos. Esto puede provocar una fase activa de crecimiento del cabello en los folículos que se han vuelto inactivos. Las inyecciones de PRP en el cuero cabelludo también pueden favorecer la fase activa de los folículos pilosos recién implantados. Esto ocurre mediante la acción de varios factores de crecimiento.

Las plaquetas contienen:

Factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF), que participa en la formación de fibrina, el crecimiento de vasos sanguíneos y la regeneración celular.
Factor de Crecimiento Endotelial Vascular (VEGF), implicado en la formación de nuevos vasos sanguíneos.
El factor de crecimiento de fibroblastos-2 (FGF-2) también participa en la formación de vasos sanguíneos, así como en la generación de células especializadas que curan y rejuvenecen.
El factor de crecimiento transformante beta (TGF-b) participa en el metabolismo óseo del cuerpo, así como en la formación de matriz entre las células.
El factor de crecimiento epidérmico (EGF) estimula la proliferación de colágeno y el crecimiento celular, así como la formación de vasos sanguíneos.
El factor de crecimiento similar a la insulina (IGF) proporciona la regulación fisiológica necesaria en casi todas las células.